Al momento de escribir esta nota me siento completamente perdido, confundido.
Me encontraba viendo un documental de la Segunda Guerra Mundial y después de casi 3 días seguidos, por fin lo he culminado. Con el avance de cada capítulo mi sensación de repulsión y rechazo hacia la barbarie y masacre ocurrido en esa época crecía.
Hoy, después de ver el último capítulo titulado “Hiroshima” y contemplar la cantidad de actos inhumanos contra nosotros mismos; me es imposible no plantarme las siguientes preguntas: ¿hasta donde puede llegar nuestra ambición de poder? y ¿seremos los responsables de nuestra propia destrucción?
Considero que la respuesta a la última pregunta es evidente y como mencione en otra nota, somos tan “inteligentes” que nuestra capacidad intelectual es usada para perjudicarnos a nosotros mismos, destruimos el medio ambiente donde nos ubicamos, creamos armas que podrían acabar con toda la humanidad, el estado invierte en poder armamentístico en lugar de invertir en desarrollo humano, ¿a qué se debe esto?
Da la impresión que el mundo es como un tablero de ajedrez y que nosotros somos las piezas que se desplazan sin voluntad propia, aniquilándonos unos a otros hasta el jaque mate a favor de uno de los bandos.
El expansionismo a lo largo de la historia se ha caracterizado por lo sanguinario de sus actos; el hombre ha buscado dominar a quellos que considera inferiores. El racismo es tan irracional que no logra ver que a pesar de las diferencias físicas, somos los mismos seres humanos, con rasgos distintos pero iguales al fin y al cabo. Hasta la actualidad discriminamos a alguien por su “belleza”, siendo la misma totalmente subjetiva.
Ahora…
¿Cuál es la naturaleza humana?, ¿cuando fue que se establecieron las jerarquías y grupos de poder?, ¿por qué dejamos que nos gobiernen las corporaciones?, ¿por qué no podemos vivir tranquilos sin afectar a los demás?, podría continuar formulando más interrogantes, ya que las mismas son tantas como las que dan sentido a nuestra propia existencia.
¿hasta donde puede llegar nuestra ambición de poder?
El hombre por naturaleza no se conforma, y ese es uno de nuestros grandes defectos, aquí alguno podrá decir que es una ventaja porque así sigues desarrollándote y no eres “conformista”, pero la pregunta no va por ese lado. Más bien, trata de explicar el hecho de que nada nos satisface, cuando logramos algo, queremos más y más, somos insaciables, anhelamos poder e influencia, cuando en realidad ni si quiera nos hemos planteado lo que haremos al conseguirlo, fuera de aspectos banales y superfluos.
Hemos caído en un círculo vicioso, donde el más fuerte impone lo que quiere, nos hemos estancado a tal punto que la vida no vale nada, donde el consumismo es el combustible que sostiene al sistema y donde el dinero le da sentido a nuestro existir. A tal punto de superficialidad hemos llegado, no nos importa cómo está el resto, si nosotros estamos bien, no nos interesa ver lo qué hay detrás de la cortina, ya que “ojos que no ven, corazón que no siente”.
Ante esto y ya para culminar, creo que la situación actual que estamos viviendo es otra patraña más, real sí, eso quedado claro, pero es otro intento de dominación, otra forma de manipularnos, de generar crisis y crear un nuevo estado de “normalidad”.
¿Y qué más da no? Si a las finales nos hemos acostumbrado a ser las marionetas de un complejo teatrillo de titiriteros.