Tokio nights

Una ciudad que también da la impresión que nunca duerme. Cuando visité Tokio por primera vez recuerdo que me encontraba en un paseo de colegio y fue donde tuve ese contacto inicial con la modernidad de Japón. Puedo hacer remembranza de los lugares que recorrí y efectivamente vienen a mi memoria ciertos aspectos, como la gran cantidad abrupta de gente que transitaba por sus calles cada día y la innumerable variedad de comercios y negocios que solo ocasionaban que el extraviarse se torne algo inevitable. 

Ahora he tenido la oportunidad de recorrer y visitar la otra cara de Tokio, ya no solo el turismo cultural sino un poco de la famosa vida nocturna de la capital nipona. Voy perdiendo la cuenta de las veces que mis amigas me han convencido para ir, honestamente la distancia con mi hogar es grande, siendo costoso ir, asi sea en automóvil particular o en tren. La opción del tren bala siempre será la más veloz, honestamente alivia el trayecto dado que lo hace en menos de la mitad del tiempo; sin embargo, cabe precisar que tu billetera debe estar anestesiada para poder escogerlo. Lo que me lleva a afirmar que un camino, por mas largo que este sea, siempre será más divertido y ameno con la compañía correcta, algo que ha primado en todas estas aventuras que vengo viviendo en los últimos meses.

Tokio hasta ahora no me ha defraudado, y cada vez siento que me gusta más. Esta ciudad me ha hecho que diga una frase que estaba acostumbrado a decir en Perú «Lima es como estar en otro país». A pesar de la gran desentralización de Japón, su capital es sin lugar a dudas como un lugar aparte, una excepción a la clásica tranquilidad de las ciudades japonesas. Es ecléctica, multicultural, llena de personalidades de todo el mundo. A mi, como ustedes saben, en lo personal me encanta hablar y socializar, por lo que es fabuloso poder conocer y compartir con gente tan diferente a la que uno está acostumbrado.

Otra cosa que me encanta es que mis ojos se quedan extasiados con tantos personajes E.S.P.E.C.T.A.C.U.L.A.R.E.S que he podido conocer y con quienes he podido sacar los reales pasos prohibidos, deshibirme y poder brillar como anhelaba. El punto en contra es que ahora me he quedado corto en outifits, pero es algo que me encanta porque es un lugar que reta mi lado fashion y que amerita mi dedicación para elaborar looks que destaquen entre la multitud, honestamente es super divertido. Agradezco a cada una de las personas que me han subido la moral al elogiarme mis atuendos. 

En estos precisos momentos, mientras redacto estas breves lineas, puedo quejarme de solo una cosa, el dolor de los piecitos por haber bailado tanto en esta efervescente y excitante ciudad. Siento nostalgia por el halloween que tal vez no podré tener como había planeado, por inconveniente de fechas. Felizmente no me deja con el disfraz alborotado, porque el mismo, aún está en el carrito de compras y con gran pesar parece que allí se quedará; dado que los compromisos familiares (el cumpleaños de mi hermana y mi mami) obligan mi ausencia. Espero poder seguir recorriendo tus fabulosas calles y deslumbrantes clubs. Estaré llevando más color y vida (imaginen la voz de Hugo Lombardi) en otras semanas venideras. 

Les dejo unas fotitos de regalo para que conozcan también.

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