Quién no ha escuchado, mientras iba por la calle un día cualquiera, insultos que van dirigidos hacia un hombre o una mujer. Y por alguna razón, nadie hace nada al respecto, lo único que hacemos es mirar y quedarnos callados ¡que grave error cometemos!
Tenemos que hacer frente a todo esto; diciendo fuerte y claro “BASTA YA”.
Basta ya de insultos, de apodos denigrantes; solo por tener una forma de vestir, pensar o de actuar diferente. Todos merecemos ser tratados con respeto, porque somos humanos y pertenecemos al mismo planeta.
¿Qué hay de malo en ser diferente? o ¿en tener otra manera de ver la vida y gustos o preferencias diferentes?
Todos somos iguales ante los ojos de Dios, y nadie tiene el derecho a juzgarte y tratarte de una manera discriminatoria.
Las personas merecemos ser aceptados y no juzgados; si tan solo nuestra sociedad cambiara al igual que otros países, donde se tiene una mente más abierta, y es indiferente las distintas formas de amar, vestimenta o religión.
Los tiempos cambian y al igual que todo avanza, debemos cambiar de pensamiento, hacer de lado nuestros prejuicios e ideas tontas. Estamos en una sociedad con tendencia igualitaria donde se han creado leyes que defienden los derechos de todos sin distinción; sin embargo aun nos queda un largo camino.
Finalizando, insto a tomar conciencia, no seas parte de la discriminación y antes de juzgar, ponte en lugar de la otra persona e imagina cómo se siente ante tu burla o rechazo.
“TODOS MERECEMOS RESPETO Y SER ACEPTADOS. TODOS SOMOS IGUALES.”