Aveces ausentarnos y desaparecer es necesario. Estuve poco visible estas ultimas semanas, por no decir el mes completo y me encuentro nuevamente recargado para empezar a plasmar de nuevo mis ideas en este bello espacio.
El 2021 está siendo sin duda un año de cambios, adaptación y transformación. El verano y las vacaciones parecía que querían jugarme una mala pasada, y que estaba predestinado a tres largos meses de soledad; sin embargo, esa soledad mágicamente se tornó en un brillante sol, cálido, seguro y acogedor. Han sido meses de calma, paz, meditación y de largas caminatas, que en lo personal, sobrepasaron cualquier viaje que hubiera podido realizar.
La transformación y el cambio demandan que dejemos atrás ciertas energías negativas, actitudes que desencadenan momentos de oscuridad e inestabilidad, de encontrarnos a nosotros mismos, de intentar conocernos mejor y redefinir nuestros intereses y metas. Solo así logramos adaptarnos a ese cambio. Por ello tu “yo” pasado queda atrás, con todos tus errores y fracasos; trayendo contigo únicamente las lecciones aprendidas y esa nueva forma de ver y hacer las cosas.
Hoy me encuentro listo para iniciar un nuevo ciclo académico en la universidad, anhelando culminar lo más pronto posible, pero esperando disfrutar cada día al máximo y deleitarme con las anécdotas de compañeros y docentes. Estas, son una de las principales fuentes de inspiración para mis diferentes notas y reflexiones. Cada una es un extracto de mi vida, un “pedacito” de historia que espero forme parte de un extenso archivo personal; lleno de evolución y transformación.