Hola! Hoy analizaremos una actitud que malogra por completo la percepción que se tiene de una persona.
Las citas son una linda forma de conocerse, de compartir un momento agradable y de ver el grado de compatibilidad con una persona. Sin embargo, no siempre salen bien. En ciertas ocasiones, pueden llegar a ser un completo desastre.
Cuando uno conoce a una persona nueva, casi siempre muestra su mejor versión, se preocupa por los detalles, por la galantería y por dejar una impresión excepcional en el otro; sin embargo, suele ocurrir que en la búsqueda por causar esa anhelada impresión, el desenvolvimiento e interacción terminan siendo tergiversados.
Presumir
La sencillez y la modestia no siempre van de la mano en una primera cita, pero son cualidades apreciadas, que en lugar de establecer una barrera entre dos personas; crean una especie de puente que da pie a seguir desarrollando la conversación, a fomentar más interacción, formular interrogantes y curiosidad por conocer más de la persona.
Presumir y vanagloriarse de ciertos aspectos de la vida de uno, ni gusta ni agrada; es más, tiende a dividir y establecer diferencias. Es justamente ese comportamiento el que obstaculiza la interacción fluida y natural entre dos personas. Cuando muestra una actitud pedante, petulante, vanidosa o presume de lo mucho o poco que posee, no solo cierra los temas de conversación, sino que se auto sepulta como creído y sobretodo, básico.

Ahora… ¿Por qué presumir?
Como un intento fallido de llamar la atención, de ocultar la poca autoestima y seguridad en sí mismo. La peor forma de ser interesante es fingir serlo, alardear acerca de los países que conoces sin que te lo hayan preguntado, menospreciar a aquellos que tienen preferencias gastronómicas populares deja mal parado a cualquiera, la interrogante es ¿por qué no hablan de otra cosa? La respuesta es diversa y puede partir por la forma de ser de la persona y no dominar técnicas comunicativas y carecer de criterio para entablar una conversación interesante; a tratarse de una persona con complejo de superioridad, que en este caso en concreto suele ser fichada desde la primera cita.
Cualquiera de las dos opciones son erróneas, en el sentido de que no te llevan a ningún lugar; sin embargo, en el caso inicial, cuando se trata de falta de criterio para expresarse, es algo manejable y que después de una comunicación asertiva con la persona se puede obtener resultados favorables y poder así conocerla, sin pantallas ni barreras. Por otro lado, si se trata de la opción dos, la situación cambia y la solución va mas allá de una conversación, debido a que se trata de un tema de formación y valores arraigados desde pequeño.
¿Se puede salvar la situación?
La falta de criterio en estos casos es alucinante, generalmente cuando uno siente que lo mencionado no tiene la recepción esperada, cambia de táctica, intenta salvar la situación. Inclusive si en algún momento una persona peca de presumida, se da cuenta ella misma, y pide disculpas si dio la impresión equivocada. Debido a que en ciertos casos algún tema en particular hace hablar de mas, y lo dicho podría tergiversarse. Es en estas situaciones cuando se aclaran las cosas y tu cita toma mayor interés y rescata tu sentido de las cosas, calidad de ser humano (así sea solo una ínfima muestra) y tu grado de sensibilidad.
También, como se mencionó en lineas anteriores, enfrentar la situación mediante la comunicación asertiva puede salvar esa impresión generada, rescatando errores involuntarios originados por el propio nerviosismo.
Finalmente…
No presumas de ti mismo, deja que tus propios actos hablen por ti, y recuerda que el valor verdadero no es como te proyectas, sino como te proyectan los demás.
Alva Miyashima Jorge Luis
Espero que esta nota haya sido de su agrado, si tienen alguna anécdota con personas presumidas, no duden en dejarla en la cajita de comentarios. Nos vemos en la siguiente nota, un fuerte abrazo.